Después de unas 9h de tren nocturno hemos llegado a la estación de tren de Taishan. El tren tiene literas de tres pisos de altura, y forman unas habitaciones de 6 personas, la cama es un poco dura pero se duerme muy bien. Al salir a la estación te invaden los vendedores y taxistas para acercarte al monte, al principio no sabes muy bien lo que quieren pero es necesario coger uno para llegar hasta la falda del monte, el viaje sale por unos 2 euros. Compramos bebida para la ascensión pero durante el camino está lleno de paraditas y no es nada necesario. Empezamos a subir a las 8h de la mañana y estuvimos un total de 10h subiendo la montaña, tampoco íbamos con prisas, pero a las tres horas de estar andando sin mucho esfuerzo parece que ya queda poco para acabar y resulta que todavía no ha empezado prácticamente la ascensión, ya me extrañaba que no era como en las fotos que había visto por internet... Arriba visitamos varios templos, colgamos un candado y una cinta roja sin saber muy bien el significado y bajamos en funicular hasta la parada de autobuses desde donde bajamos en bus hasta la falda de la montaña. Durante el día pillamos lluvia, niebla, calor, mucha calor!!! por lo que durante todo el día lo pasamos completamente empapados, ya sea de lluvia o sudor. Fuimos la atracción de la montaña, todos los chinos se fijaban en nosotros, éramos los únicos turistas que habían. En el trozo más duro de la ascensión caímos en manos de unos vendedores que nos agobiaron mucho y acabamos comprando unas figuras de unos buda bastante caros, la verdad. Arriba unos chinos nos pidieron que nos hiciéramos unas fotos con ellos, luego les pedimos que se las hicieran con nosotros. Para bajar cogimos el teleférico. Lástima de la niebla, porque habían unas vistas preciosas.
Al llegar a la estación quisimos buscar un lugar para ducharnos, ya que teníamos las mochilas en la consigna de la estación de tren (nos costó 1 euro las dos mochilas todo el día), pero lo único que encontramos fue un hotel que nos pedía 8 euros sólo por ducharnos, ya que teníamos que coger la habitación a la fuerza. Al final decidí improvisar una ducha, ya que realmente lo necesitaba y me duche con dos botellas de litro y medio en el water del tren nocturno que cogimos rumbo a Beijing. Suerte que no se enteró nadie... jejeje al menos pude dormir en condiciones. A las 22:05h cogimos el tren que nos llevaría a Beijing en 8h. En el tren buscamos al revisor y nos vendió camas ya que sólo teníamos asientos. Solo hay que pagar la diferencia.